Más de Hanif
Cheever deja claro que la complacencia es imposible y, de todos modos, indeseable. Tratar de lograr un entorno totalmente seguro –café sin cafeína, guerra sin matanzas, sexo sin contacto- sólo sirve para despreciar la vida. Un mundo en que la gente no sabe morir es un mundo en que la gente no sabe vivir. ¿Qué nos queda, aparte de la pasión y sus vicisitudes?
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El sexo es con frecuencia el recuerdo del sexo, tanto como su fantasía y anticipación.