Sunday, November 25, 2007

Más de Hanif

Cheever deja claro que la complacencia es imposible y, de todos modos, indeseable. Tratar de lograr un entorno totalmente seguro –café sin cafeína, guerra sin matanzas, sexo sin contacto- sólo sirve para despreciar la vida. Un mundo en que la gente no sabe morir es un mundo en que la gente no sabe vivir. ¿Qué nos queda, aparte de la pasión y sus vicisitudes?
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El sexo es con frecuencia el recuerdo del sexo, tanto como su fantasía y anticipación.

1 Comments:

At 6:01 PM , Blogger Susana said...

es cierto a veces los recuerdos constituyen tanto el presente, que se olvida que los sucesos ocurrieron en tiempos pretéritos.
beso me alegra que volvieras a escribir.
lo mejor es liberar el espíritu y dejar que las letras se atrevan a contar por ellas mismas los mundos que tenemos dentro.

 

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